Thursday, June 30, 2011

La llegada a Australia

Una noche larga... que duró dos días. Así fue el vuelo desde San Francisco que duró más de 14 horas. Salí el lunes en la noche y llegué a Sydney el miércoles al amanecer (crucé la línea de fecha en la Tierra).

Buena parte de la noche - como a partir de la mitad del camino- fui acompañada por un astro brillante, no palpitante. En algunos momentos pude divisar otros astros a su alrededor, pero en su minoría brillaba casi único.

Yo estaba sentada en la ventana de la izquierda del 747, mieando hacia el sur, creía yo. Luego de analizarlo a mi llegada a Sydney y de consultar un planisferio que andaba otro pasajero en su Ipad, seguro miraba hacia el sureste.

Casi al amanecer pude ver un cachito de luna menguante, y encima como a una cuarta (15°), el brillante astro fiel que me acompañó en la oscuridad.  Era Júpiter.

Luego la llegada a Sydney a oscuras todavía. Una ciudad costera grande con muchas luces que permitían adivinar la costa. Buscar un baño, descifrafr las filas, preguntar a los australianos que guían, con sus accentos divertidos y ... llegar a la sala de equipaje, donde anuncian varias veces que la puerta de equipaje del avión se atoró y no la pueden abrir. Paciencia, ya estamos en tierra, si pierdo el siguiente avión habrá otro. Anuncian que ya pudieron abrir la mitad del portal, pero que no salen los contenedores con el equipaje, que seguirán probando. (¿Necesitamos conocer esa información? :-) ) Finalmente anuncian que la abrieron y eventualmente aparecen las valijas. Sigue ahora migración, fila larga, pero rápida. ¿Visitó usted Centro /Sudamérica o Africa?-es una de las preguntas en el formulario. "Pues claro", le digo al agente con apariencia asiática, "vengo de Costa Rica". Revisa una lista y me dice que está bien, implicando que Costa Rica está en la lista blanca, y me deja pasar. Siguen los perros que revisan el equipaje. Dos diferentes llevados por mujeres en uniforme. Pasan separadamente. De seguro entrenados para identificar sustancias diferentes. Y... termina el drama de entrada, o así lo creo yo.

Ahora a caminar a la terminal de Quantas, con la valijas en un carrito. Sigo las señales, camino y camino. Interpreto que tengo que tomar un busito, llego a la parada y pide que pague en dólares australianos- solo recibe efectivo dice la señal. Me devuelvo a cambiar dinero y regreso a la fila. Un hombre con pelo largo y vestido como vaquero me conversa y ofrece pagarNOS el bus. Para ahora somos tres, dos mujeres y él. Perfecto, muy amable. Pero al subir al bus nos dicen que ese no es y nos mandan más lejos. No tuvo que pagar, al fin y al cabo.

Llegamos a la otra terminal, conversamos en la fila. El australiano vive entre Londres, EE.UU. y Australia, tiene 6 hijos en Perth (¡6!), es compositor, hablamos del actor de Parque Jurásico que estaba en el avión. Sam Neil, me enseña su Ipad y buscamos el planisferio hasta verificar que el astro era Júpiter. Sí mi predicción, era correcta. Entrego las valijas y me voy para otra terminal donde espero el avión a Canberra. Nadie se sorprende de que haya perdido el avión, les parece lo más corriente.


"Gloria" vista desde el avión, al lado contrario del Sol.
El segundo vuelo es corto. Ya amaneció y desde la ventana veo la costa, nubes y amplias llanuras. De pronto, anuncian la llegada a Canberra (desde el aire sólo se ven grandes fincas, algo de ganado, el terreno seco, algunos árboles) y aparece una gloria que logro fotografiar, en el lado opuesto al Sol. Ya había visto un arcoiris de camino. Debe ser señal de bienvenida, nunca he visto uno en un vuelo.  :-)

En la terminal me encuentro a Brenton, ¡qué emoción! El me ayuda a buscar las valijas y me lleva a dar una vueltita por la ciudad antes de llegar a la casa.

Hace un poco de frío, pero se parece a las temperaturas de San Francisco, al menos de día. Vemos un canguro muerto en el camino y no  más, aunque él los busca para enseñármelos.  Unas grande aves blancas y negras (Australian Magpie) por todos lados.  Otros cantos extraños me llegan desde los árboles, muchos eucaliptos, como es lógico, y acacias, estos últimos sin hojas porque es invierno aquí. Una ciudad muy ordenada, extendida en este valle llano, con muchas rotondas, donde TODOS manejan del lado equivocado. :-)

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